Beneficios para el planeta

#ComercioLocalEsVital

Reduce los desplazamientos generando menos contaminación

Comprar en comercios locales permite reducir las distancias de los desplazamientos a realizar. Las distancias más cortas conducen a un menor gasto de CO2 en el caso de viajes motorizados, pero el impacto positivo se aplica especialmente cuando el consumidor utiliza medios de transporte más ecológicos: a pie, en bicicleta, en transporte público… Las compras en tu vecindario o en el centro de la ciudad a menudo evitan el uso del automóvil, sobretodo porque cada vez más ciudades, ansiosas por descontaminar los centros, están implementando políticas a favor de la movilidad suave facilitando la circulación y el estacionamiento de las bicicletas mientras dificultan el uso del coche en el entorno urbano. En resumen, ir de compras a pie o en bicicleta con la mayor frecuencia posible ayuda a reducir la huella de carbono de nuestro consumo diario.

Fomenta la producción local

Más allá de los viajes del cliente, vale la pena mirar los kilómetros recorridos por los productos de consumo para llegar a la tienda. Algunos productos o materias primas pueden provenir del otro lado del planeta a pesar de que existen recursos y habilidades a nivel local. Para frenar estas aberraciones, el movimiento Locavore lleva desarrollándose durante varios años  y representa a un tipo de consumidor que consume principalmente productos locales, producidos en su zona. 

Por otro lado la filosofía Km.0 propone al consumidor reflexionar sobre los kilómetros que ha recorrido el producto hasta llegar a sus manos y si es realmente necesario ese largo desplazamiento o puede comprar un producto igual e incluso mejor, producido dentro de su propia zona geográfica de influencia.

Residuo cero

¿Es posible reducir e incluso eliminar los residuos que generamos? La respuesta es sí. Y todo empieza por las decisiones que tomamos a la hora de hacer la compra y de consumir. Los consumidores que deseen reducir su impacto en el medio ambiente evitarán productos desechables (cubiertos de plástico, bolsas de plástico, etc.) y preferirán productos con poco embalaje o incluso productos a granel. Para satisfacer esta demanda, se han abierto tiendas a granel en los últimos años, y aunque los comienzos aún son tímidos, la tendencia es real. De hecho ya hay estantes a granel en algunas grandes superficies, y la normalización de este tipo de distribución está cerca. La tendencia general se hace eco de los patrones de consumo de antaño antes de la llegada de los hipermercados e Internet. Compramos las cantidades que necesitamos, a menudo más pequeñas, en contenedores reutilizables (bolsas a granel, botellas retornables, frascos, etc.). Cada vez son más numerosos los comercios donde se encuentran etiquetas «zerowaste» que indican a los clientes que pueden traer sus bolsas o cajas para llevarse su compra, lo que evita el uso de envases que van a parar a la basura inmediatamente al llegar a casa.

Reduce la huella de carbono del comercio electrónico mediante la red de puntos de recogida de paquetes

Mantener el comercio local tiene un impacto positivo en la huella de carbono del comercio electrónico. De hecho, la entrega a domicilio de los productos comprados en Internet consume más CO2 que la entrega a un punto de recogida, que agrupa una gran cantidad de paquetes. Del mismo modo, el cliente agrupará sus viajes eligiendo un punto de recogida al que esté acostumbrado a frecuentar en sus compras diarias. Es una asociación ganadora que alimenta un círculo virtuoso. Por un lado, el comercio local se beneficia del tráfico de público generado por la recogida de paquetes en las tiendas y que le permite dar a conocer su negocio. Por otro lado, el comercio electrónico está reduciendo su huella de carbono al agrupar sus envíos de paquetes.

Apoya el empleo local

Mantener la actividad económica local ayuda a mantener empleos locales que contribuyen a una calidad de vida real para los trabajadores. De lo contrario, estamos presenciando la desertificación de las zonas rurales, el establecimiento de ciudades dormitorio y la densificación de las ciudades con todo lo que esto implica en términos de hacinamiento y aumento de los precios. Por lo tanto, consumir localmente es una acción cívica con un impacto real en el empleo en España.

Refuerza la economía local

El comercio local contribuye en gran medida al desarrollo económico de la ciudad, reinvirtiendo en su entorno la riqueza que genera. Además, estos pequeños comerciantes a menudo se abastecen de proveedores locales, lo que permite una economía circular. Y pagan sus impuestos en el territorio donde realizan su actividad, a diferencia de los grandes grupos que practican la optimización fiscal y tributan en las capitales o incluso en el extranjero. Los pequeños comerciantes permanecen anclados en el territorio vendiendo y consumiendo en un área local mejorando los barrios en los que se encuentran.

Favorece una dieta más saludable

Comer equilibrado es tan importante como basar nuestra dieta en alimentos saludables. España es una de las economías agrícolas líder en Europa, con el 25% de la producción comunitaria de frutas y hortalizas ocupa el segundo lugar como país productor de la UE por detrás de Italia y el sexto a nivel mundial. La variedad y calidad de la oferta de productos agrícolas es el fundamento de la dieta mediterránea, reconocida en todo el mundo. El consumo de productos locales es una verdadera garantía de calidad.

Preserva la diversidad y la riqueza cultural

Las tiendas locales y las tiendas ancladas en el territorio constituyen un medio esencial para difundir la cultura, la industria artesanal y los productos de una región. Ante la globalización y las grandes cadenas de tiendas estandarizadas cuyos estilos y sabores se pueden encontrar en todo el mundo, las pequeñas tiendas independientes a menudo son los garantes de la cultura local. Al dirigir sus compras hacia artesanías locales y bienes culturales, el consumidor contribuye a apoyar la diversidad de conocimientos que conforman la riqueza de las regiones.